"Dejadme que repose aquí, en mi cuna
de roble o de cristal, estoy cansado.
Para llegar hasta donde he llegado
sudé de sol a sol, de luna a luna.
Robé la claridad sumido en una
raíz de sombra. ‘El robo que he robado’
lo hice oro y rubí, transfigurado
por la sabiduría y la Fortuna.
Terminé mi tarea. Ahora descansa
en la sombra mi cuerpo, en ella amansa
el hervor jovencísimo de antaño.
Pero los dioses nunca mueren, juro
que respiro. Y espero: estoy seguro

de mi resurrección al tercer año”.


Vino de crianza de José Hierro,
cuyos versos plasmó el poeta cántabro en la etiqueta de las
22 botellas de su propia cosecha.


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