La
tarde descansaba sobre los tejados, En ese único día de toda mi vida.
¿Quién
beberá mi vino de moras?
¿Quién
encontrara mi balde y mi palo,
mis
ojos marrones robando la sal de la cocina?
¿Quién
encontrara a mi amigo sin nombre,
mis
pasos sin nombre?
¿El
océano de pinos,
las
huellas sin nombre,
las
moras chancadas en el balde?
¿El
vino del viento,
el
nombre que tuve y ya no tengo
la
cocina que tuve y ya no tengo?
¿Quién
encontrara mi balde con vino de moras
en
silencio?
¿Quién
me encontrara callado
Cómo un
muerto?
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